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El mundo de odio y materialismo terminará el sábado 22 de de Diciembre del año 2.012 y con ello el final del miedo. En este día la humanidad tendrá que escoger entre desaparecer como especie pensante, que amenaza con destruir el planeta o evolucionar hacia la integración armónica con todo el universo, comprendiendo y tomando conciencia de que todo está vivo, que somos parte de ese todo y que podemos existir en una nueva era de luz.
La primera profecía nos dice que, a partir de 1.999 nos quedan 13 años para realizar los cambios de conciencia y actitud, para desviarnos del camino de destrucción por el que avanzamos, hacia uno que abra nuestra conciencia y nuestra mente, para integrarnos con todo lo que existe.
Los Mayas sabían que nuestro sol es un ser vivo que respira y que cada cierto tiempo se sincroniza con el enorme organismo en el que existe, que al recibir un chispazo de luz del centro de la galaxia brilla más intensamente, produciendo en la superficie lo que nuestros científicos llaman erupciones solares y cambios magnéticos. Ellos dicen que ésto sucede cada 5.125 años, que la tierra se ve afectada por los cambios en el sol mediante un desplazamiento de su eje de rotación y predijeron que a partir de ese movimiento se producirían grandes cataclismos. Para los Mayas los procesos universales, como la respiración de la galaxia, son cíclicos y nunca cambian, lo que cambia es la conciencia del hombre que pasa a través de ellos, siempre en un proceso hacia la perfección ( recordemos el mensaje de Jesucristo en la Biblia: "sed perfectos como lo es su padre en el reino de los cielos").
Los Mayas predijeron que el sábado 22 de Diciembre del 2.012 el sol, al recibir un fuerte rayo sincronizador proveniente del centro de la galaxia, cambiará su polarización y producirá una gigantesca llamarada radiante. Es por ello que la humanidad deberá estar preparada para atravesar la puerta que nos dejaron los Mayas, esta radiación transformará a la civilización actual, basada en el miedo, en una civilización mucho más armónica. Sólo de manera individual se podrá atravesar la puerta que permitirá evitar el gran cataclismo que sufrirá el planeta, para dar comienzo a una nueva era, en un sexto ciclo del sol.
La primera profecía nos habla del tiempo, del no tiempo, un período de 20 años que empezó en 1.992 y que terminará en el 2.012, donde la humanidad entraría en el último período de grandes aprendizajes, grandes cambios. Asimismo anunció que siete años después del comienzo de este período, comenzaría una época de oscuridad que nos enfrentaría a todos con nuestra propia conducta, dijeron que las palabras de sus sacerdotes serían escuchadas por todos nosotros como una guía para despertar. Ellos llaman a esta época "el tiempo que la humanidad entrará al gran salón de los espejos", una época de cambios que enfrentará al hombre consigo mismo, que hará que entre al gran salón de los espejos, se mire en ellos y analice su comportamiento consigo mismo, con los demás, con la naturaleza y con el planeta donde vive. Una época en la que toda la humanidad, por decisión consciente de cada uno de nosotros decida cambiar, eliminar el miedo y la falta de respeto en todas nuestras relaciones.
La primera profecía nos dice que, a partir de 1.999 nos quedan 13 años para realizar los cambios de conciencia y actitud, para desviarnos del camino de destrucción por el que avanzamos, hacia uno que abra nuestra conciencia y nuestra mente, para integrarnos con todo lo que existe.
Los Mayas sabían que nuestro sol es un ser vivo que respira y que cada cierto tiempo se sincroniza con el enorme organismo en el que existe, que al recibir un chispazo de luz del centro de la galaxia brilla más intensamente, produciendo en la superficie lo que nuestros científicos llaman erupciones solares y cambios magnéticos. Ellos dicen que ésto sucede cada 5.125 años, que la tierra se ve afectada por los cambios en el sol mediante un desplazamiento de su eje de rotación y predijeron que a partir de ese movimiento se producirían grandes cataclismos. Para los Mayas los procesos universales, como la respiración de la galaxia, son cíclicos y nunca cambian, lo que cambia es la conciencia del hombre que pasa a través de ellos, siempre en un proceso hacia la perfección ( recordemos el mensaje de Jesucristo en la Biblia: "sed perfectos como lo es su padre en el reino de los cielos").
Los Mayas predijeron que el sábado 22 de Diciembre del 2.012 el sol, al recibir un fuerte rayo sincronizador proveniente del centro de la galaxia, cambiará su polarización y producirá una gigantesca llamarada radiante. Es por ello que la humanidad deberá estar preparada para atravesar la puerta que nos dejaron los Mayas, esta radiación transformará a la civilización actual, basada en el miedo, en una civilización mucho más armónica. Sólo de manera individual se podrá atravesar la puerta que permitirá evitar el gran cataclismo que sufrirá el planeta, para dar comienzo a una nueva era, en un sexto ciclo del sol.
La primera profecía nos habla del tiempo, del no tiempo, un período de 20 años que empezó en 1.992 y que terminará en el 2.012, donde la humanidad entraría en el último período de grandes aprendizajes, grandes cambios. Asimismo anunció que siete años después del comienzo de este período, comenzaría una época de oscuridad que nos enfrentaría a todos con nuestra propia conducta, dijeron que las palabras de sus sacerdotes serían escuchadas por todos nosotros como una guía para despertar. Ellos llaman a esta época "el tiempo que la humanidad entrará al gran salón de los espejos", una época de cambios que enfrentará al hombre consigo mismo, que hará que entre al gran salón de los espejos, se mire en ellos y analice su comportamiento consigo mismo, con los demás, con la naturaleza y con el planeta donde vive. Una época en la que toda la humanidad, por decisión consciente de cada uno de nosotros decida cambiar, eliminar el miedo y la falta de respeto en todas nuestras relaciones.
Esta anunció que todo el comportamiento de la humanidad cambiaría rápidamente a partir del eclipse de sol del 11 de Agosto de 1.999. Ese día vimos como un anillo de fuego se recortaba contra el cielo, fue un eclipse sin precedentes en la historia por la alineación, en cruz cósmica, con centro en la tierra de casi todos los planetas del sistema solar, éstos se posicionaron en los cuatro signos del zodíaco, que son los signos de los cuatro evangelistas, los cuatro custodios del trono, que protagonizan el Apocalipsis de San Juan.
Además, la sombra que proyectaba la luna sobre la tierra atravesó Europa, pasando por Kosovo, luego por Medio Oriente, por Irán e Irak y posteriormente se dirigió a Pakistán e India, con su sombra parecía predecir un área de conflictos y guerras (lo cual ha venido sucediendo puntualmente). Los Mayas sostenían que a partir de este eclipse los hombres perderían fácilmente el control de sus emociones o bien afianzarían su paz interior y su tolerancia evitando los conflictos.
Desde entonces se vive una época de cambios que es la antesala de una nueva era, antes del amanecer es cuando la noche se hace más oscura, el fin de los tiempos es una época de conflictos y grandes aprendizajes, de guerras, de separación, de locuras colectivas, que generará a su vez un proceso de destrucción y evolución. La segunda profecía indica, que la energía que se recibe desde el centro de la galaxia aumentará y acelerará la vibración en todo el universo, para conducirlo a una mayor perfección, esto producirá cambios físicos en el sol, en la tierra y cambios psicológicos en el hombre, alterando su comportamiento, su forma de pensar y sentir, se transformarán las relaciones y los modos de comunicación, los sistemas económicos, sociales, de orden y justicia, cambiarán las creencias religiosas y los valores aceptados, el hombre se enfrentará a sus miedos y angustias para resolverlos y de ese modo podrá sincronizarse con el planeta y el universo. La humanidad se concentrará en su lado negativo y podrá ver claramente que cosa es la que está haciendo mal, este es el primer paso para cambiar la actitud y conseguir unidad que permite la aparición de la conciencia colectiva, se incrementarán los sucesos que nos separan, pero también los que nos unen, la agresión, el odio, las familias en disolución, los enfrentamientos por ideologías, religión, modelos de moralidad o nacionalismo. Simultáneamente más personas encontrarán paz, aprenderán a controlar sus emociones, habrá más respeto, serán más tolerantes y comprensivas y encontrarán la unidad, surgirá el hombre con un altísimo nivel de energía interna, personas con sensibilidad y poderes intuitivos para la sanación, pero también aparecerán farsantes que sólo pretenderán tener ganancia económicas a expensas de la desesperación ajena. Al final del ciclo cada hombre será su propio juez, cuando el hombre entre al salón de los espejos para examinar todo lo que hizo en la vida, será clasificado por las cualidades que haya desarrollado en la vida, su manera de actuar día tras día, su comportamiento con los demás y su respeto por el planeta, todos se ubicarán acordes a lo que sean, los que conserven la armonía comprenderán lo que sucede como un proceso de evolución en el universo, en cambio habrá otros que por ambición, miedo y frustración culparán a los demás o a Dios por lo que sucederá, se generarán situaciones de destrucción, muerte y sufrimiento, pero también se dará lugar a circunstancias de solidaridad y de respeto con los demás, de unidad con el planeta y el cosmos.
Esto implica que el cielo y el infierno se estarán manifestando al mismo tiempo y que cada ser humano vivirá en el uno o en el otro, dependiendo de su propio comportamiento, el cielo... con la sabiduría para trascender voluntariamente a todo lo que sucede, el infierno... con la ignorancia para aprender con sufrimiento, dos fuerzas inseparables, una que comprende que en el universo todo evoluciona hacia la perfección, que todo cambia, otra envuelta en un plano material, que sólo alimenta el egoísmo. En la época del cambio de los tiempos, todas las opciones estarán disponibles, prácticamente sin censura de ninguna clase y los valores morales serán más laxos que nunca, para que cada cual se manifieste libremente como es y lo que es. La segunda profecía afirma que sí la mayoría de los seres humanos cambia su comportamiento y se sincroniza con el planeta, se neutralizarán los cambios drásticos que describen las siguientes profecías, hay que ser conscientes de que el hombre siempre decide su propio destino, especialmente en esta época, las profecías son sólo advertencias para que tomemos conciencia de la necesidad de cambiar de rumbo, para evitar que se hagan realidad.
Además, la sombra que proyectaba la luna sobre la tierra atravesó Europa, pasando por Kosovo, luego por Medio Oriente, por Irán e Irak y posteriormente se dirigió a Pakistán e India, con su sombra parecía predecir un área de conflictos y guerras (lo cual ha venido sucediendo puntualmente). Los Mayas sostenían que a partir de este eclipse los hombres perderían fácilmente el control de sus emociones o bien afianzarían su paz interior y su tolerancia evitando los conflictos.
Desde entonces se vive una época de cambios que es la antesala de una nueva era, antes del amanecer es cuando la noche se hace más oscura, el fin de los tiempos es una época de conflictos y grandes aprendizajes, de guerras, de separación, de locuras colectivas, que generará a su vez un proceso de destrucción y evolución. La segunda profecía indica, que la energía que se recibe desde el centro de la galaxia aumentará y acelerará la vibración en todo el universo, para conducirlo a una mayor perfección, esto producirá cambios físicos en el sol, en la tierra y cambios psicológicos en el hombre, alterando su comportamiento, su forma de pensar y sentir, se transformarán las relaciones y los modos de comunicación, los sistemas económicos, sociales, de orden y justicia, cambiarán las creencias religiosas y los valores aceptados, el hombre se enfrentará a sus miedos y angustias para resolverlos y de ese modo podrá sincronizarse con el planeta y el universo. La humanidad se concentrará en su lado negativo y podrá ver claramente que cosa es la que está haciendo mal, este es el primer paso para cambiar la actitud y conseguir unidad que permite la aparición de la conciencia colectiva, se incrementarán los sucesos que nos separan, pero también los que nos unen, la agresión, el odio, las familias en disolución, los enfrentamientos por ideologías, religión, modelos de moralidad o nacionalismo. Simultáneamente más personas encontrarán paz, aprenderán a controlar sus emociones, habrá más respeto, serán más tolerantes y comprensivas y encontrarán la unidad, surgirá el hombre con un altísimo nivel de energía interna, personas con sensibilidad y poderes intuitivos para la sanación, pero también aparecerán farsantes que sólo pretenderán tener ganancia económicas a expensas de la desesperación ajena. Al final del ciclo cada hombre será su propio juez, cuando el hombre entre al salón de los espejos para examinar todo lo que hizo en la vida, será clasificado por las cualidades que haya desarrollado en la vida, su manera de actuar día tras día, su comportamiento con los demás y su respeto por el planeta, todos se ubicarán acordes a lo que sean, los que conserven la armonía comprenderán lo que sucede como un proceso de evolución en el universo, en cambio habrá otros que por ambición, miedo y frustración culparán a los demás o a Dios por lo que sucederá, se generarán situaciones de destrucción, muerte y sufrimiento, pero también se dará lugar a circunstancias de solidaridad y de respeto con los demás, de unidad con el planeta y el cosmos.
Esto implica que el cielo y el infierno se estarán manifestando al mismo tiempo y que cada ser humano vivirá en el uno o en el otro, dependiendo de su propio comportamiento, el cielo... con la sabiduría para trascender voluntariamente a todo lo que sucede, el infierno... con la ignorancia para aprender con sufrimiento, dos fuerzas inseparables, una que comprende que en el universo todo evoluciona hacia la perfección, que todo cambia, otra envuelta en un plano material, que sólo alimenta el egoísmo. En la época del cambio de los tiempos, todas las opciones estarán disponibles, prácticamente sin censura de ninguna clase y los valores morales serán más laxos que nunca, para que cada cual se manifieste libremente como es y lo que es. La segunda profecía afirma que sí la mayoría de los seres humanos cambia su comportamiento y se sincroniza con el planeta, se neutralizarán los cambios drásticos que describen las siguientes profecías, hay que ser conscientes de que el hombre siempre decide su propio destino, especialmente en esta época, las profecías son sólo advertencias para que tomemos conciencia de la necesidad de cambiar de rumbo, para evitar que se hagan realidad.


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